6 emociones que difieren entre las diferentes culturas
Las emociones son un concepto difícil de clasificar, porque varían mucho incluso de una persona a otra. Sin embargo, sí que suele haber similitudes en la forma en que se expresan las emociones en función de la cultura, ya sea la del pasado de una persona o la nueva cultura que haya adoptado. Sea como sea, está claro que no hay una sola manera de sentirse feliz, triste, avergonzado o cualquier otra emoción humana básica.
Los expertos en cultura definen un universal cultural como “cualquier elemento común que existe en cada cultura humana en el planeta, pero que varía de una cultura a otra, como los valores y las formas de comportarse”. Esto incluye aspectos culturales tales como tradiciones, lenguaje, expresiones, comida, matrimonio, arte, música, chistes, deportes y mucho más.
Por lo tanto, a la pregunta de si las emociones son un universal cultural, la respuesta es sí. Sin duda, el hecho de que como seres humanos tengamos emociones es un universal cultural, y hay quien afirma que, de hecho, eso es precisamente lo que nos hace humanos. Pero la forma en que nosotros, como humanos, expresamos esas emociones depende de nuestro bagaje cultural y de los elementos culturales que nos rodean.
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1. Agradecimiento
Cómo transmitimos agradecimiento o mostramos respeto hacia los demás es algo que varía mucho entre las diferentes culturas. Un ejemplo es cuando hacemos un regalo a alguien. En muchas culturas occidentales, lo habitual es que el receptor abra el regalo delante de la otra persona y que se lo agradezca directamente. Y es más, agradecemos el regalo, incluso si no nos gusta.
El ejemplo contrario lo encontramos en China y Japón, donde solo se debe abrir el regalo después de que el que lo hace se haya ido. En China es incluso habitual rechazar el regalo varias veces antes de aceptarlo, algo que se consideraría extremadamente maleducado en la cultura occidental. Otro aspecto que cabe destacar es que en China y Japón siempre se debe aceptar el regalo con ambas manos, o de lo contrario quedarás como un maleducado.
2. Diversión
Tengo bastantes experiencias personales con esta emoción, como expatriada estadounidense en Alemania. Una de las mayores diferencias que he notado aquí es la manera en que los alemanes transmiten alegría y cuándo se ríen. En Estados Unidos, cuando alguien hace una broma, deberías reírte abierta y sinceramente (especialmente si necesitas impresionar a tus suegros). Pero en Alemania, es muy común que los alemanes hagan una broma y ni siquiera muestren una sonrisa, y sigan hablando sin más. En una de mis clases de alemán el profesor hizo una broma y me reí al estilo americano, y todos me miraron muy raro. Por lo tanto, los alemanes son bastante reservados a la hora de demostrar que algo les resulta divertido, en comparación con los Estados Unidos.
3. Vergüenza
La vergüenza y el bochorno son elementos singulares de una cultura, ya que se perciben de maneras completamente opuestas dependiendo de dónde estés. En muchas culturas occidentales, la vergüenza es una emoción negativa, es algo que quieres ocultar. No quieres crear una situación embarazosa y tampoco quieres que los demás sepan que estás avergonzado. Tan solo barrer bajo de la alfombra lo más rápido posible.
Pero en otras culturas, como en los países árabes, la vergüenza es percibida como una emoción positiva, porque significa que eres honorable. Dicho con otras palabras, eres una persona honorable debido al hecho de que te sientes avergonzado. Por lo tanto, la vergüenza y el pudor en dichas culturas son emociones recibidas de manera más positiva si, cuando las sientes, buscas ayuda en los demás, en vez de esconderte como en las culturas occidentales.
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4. Orgullo
El orgullo es una emoción muy compleja que varía ampliamente entre las culturas e incluso las subculturas. Se puede distinguir claramente entre las culturas individualistas y las colectivistas. Mientras que las culturas individualistas (Estados Unidos, Alemania, Francia) se centran en el individuo, es decir, en ser independiente, hacer las cosas por su cuenta y poner el éxito personal como una prioridad, las culturas colectivistas (China, India, Marruecos) se centran en el éxito del grupo y en cómo los miembros de ese grupo pueden impulsar el éxito holístico de los demás.
La forma de mostrar orgullo en el lugar de trabajo marca una gran diferencia. En las culturas individualistas, un objetivo común podría ser aumentar tu salario y luego compartir con los demás el orgullo que sientes. Pero en las culturas colectivistas, se centrarían más en compartir los objetivos como grupo más que de forma individual. Incluso podrían percibir negativamente que te centres en tu propio salario, porque eso le resta valor al grupo.
5. Pena
Si bien toda cultura experimenta la pena de algún modo, la forma en que se expresa (o se permite que se exprese) varía mucho de una a otra. Por poner algunos ejemplos, en las culturas islámicas ortodoxas, el divorcio se considera más traumático que la pérdida de un ser querido, pero en las culturas occidentales podría ni siquiera encajar en la categoría de la pena. En las tradiciones católicas europeas, el sufrimiento se expresa a menudo con estoicismo y las grandes exhibiciones emocionales son percibidas negativamente, especialmente en los hombres. Pero en las culturas africana y caribeña, el dolor se muestra abiertamente e incluso se anima a sentirlo a ambos sexos. Cuanto más ruidosamente demuestres tu pena, más respeto le muestras al difunto.
6. Ira
Según un estudio sobre los efectos positivos y negativos de la ira, esta puede percibirse tanto positiva como negativamente dependiendo de la cultura y el contexto. Se comparó a Estados Unidos (que percibe negativamente la ira) con Japón (que asocia positivamente el poder con expresiones de ira). En Estados Unidos, la ira se considera una emoción negativa que hay que ocultar. Si no lo haces, la gente se preguntará si eres mentalmente estable. Pero en Japón, se pretende que aquellos que tienen poder muestren ira para representar ese poder. Si los poderosos no expresan ira, intrínsecamente perderán su poder (o al menos así será percibido), por lo que las expresiones de ira tienen un efecto positivo no solo en sí mismos, sino también en los que los rodean. Además, la entonación tiene un gran efecto en cómo se perciben ciertas demostraciones de ira.
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